Empezamos el mes de agosto, el mes donde se prevén las temperaturas más altas del verano, donde la mayoría de nosotros estaremos de vacaciones y, por ende, más expuestos al sol y a las altas temperaturas. Aprovechando la entrada en este mes, quiero hablaros sobre los cortes de digestión y los golpes de calor, dos de los habituales en verano que debemos conocer para poder evitarlos y reconocer sus síntomas. ¡Allá vamos!

¿Qué es un corte de digestión?

Se conoce popularmente así porque ocurre después de comer y algunos de sus síntomas, como los vómitos, sí están relacionados con el sistema digestivo, pero realmente el mal denominado “corte de digestión” tiene que ver con nuestro sistema nervioso central. Cuando realizamos la digestión, nuestra sangre se concentra mayormente en nuestro aparato digestivo, y si se dan ciertas situaciones como un choque de temperaturas muy extrema (nuestro cuerpo por encima de los 40º y el agua de la playa o la piscina, a 18º o menos) la sangre tiene que volverse a repartir por todo el cuerpo para compensar este cambio brusco de temperatura y es cuando se da el conocido como corte de digestión.

Puede darse en otras situaciones como después de haber realizado actividad física, después de haber sudado de manera extrema o estando expuestos debajo del sol a altas temperaturas. Para evitar los cortes de digestión, te recomiendo que: 

  • Si vas a bañarte en el mar o en la piscina, esperes el máximo tiempo posible y lo hagas de manera lenta y progresiva. Nada de entrar de manera repentina.
  • Evita bañarte después de estar mucho rato al sol, ya que tu temperatura corporal será más alta y aumentarán las probabilidades de sufrir un corte de digestión.
  • No te lances al agua después de realizar una actividad física intensa. Descansa en la sombra e hídratate hasta que hayas recuperado tu temperatura normal.
  • Mojar progresivamente nuestro cuerpo antes de sumergirlo por completo es una buena práctica para evitar consecuencias graves.

Y un golpe de calor, ¿en qué consiste?

El trastorno más grave que las altas temperaturas pueden provocar son los golpes de calor. Ante un ambiente de calor extremo, el organismo puede perder la capacidad de regular la temperatura y llegar a niveles tan elevados como 41 grados. En estas condiciones, el cerebro puede sufrir lesiones o incluso, en casos muy extremos, se puede llegar a la muerte. Como es obvio, requiere de atención médica inmediata.

Por este motivo, si en condiciones de mucho calor observas que se te enrojece la piel y la tienes caliente y seca, además de dolores de cabeza, mareos, cansancio exagerado o fiebre superior a 40 grados, debes pedir enseguida atención médica. Mientras tanto, debes permanecer en la sombra, sacarte la ropa que puedas y toda aquella que sea ceñida y aplicarte trapos mojados con agua fresca. 

En caso de altas temperaturas, refresca tu hogar y baja las persianas para evitar que entren los rayos de sol. De la misma manera, ventila la casa durante las horas más frescas. Recuerda beber líquidos de manera frecuente, sin esperar a tener sed, y evitando las bebidas alcohólicas, las azucaradas y el café. 

Recuerda que ante cualquier duda, puedes llamar al 061 (CatSalut Respon) donde te aconsejarán sobre qué hacer. Si es necesario, te dirigirán al centro de salud más adecuado o bien activará un médico a domicilio, una ambulancia o un helicóptero medicalizado del SEM para atenderte.