La piel es un órgano con memoria y es importante recordar que debemos cuidarla durante todo el año. Es imprescindible que la preparemos para el verano y que tomemos durante esta estación las precauciones necesarias. 

Debemos exponernos al sol de forma paulatina, ir eliminando capas de encima y poco a poco empezar a lucir una piel bronceada y saludable.

¡Hoy te contamos cómo preparar tu piel y minimizar los daños ante la exposición al sol! ¡Toma nota!

Exfoliación

La exfoliación ayudará a eliminar las impurezas de tu piel y ayudará a su renovación. Esto hará que los tratamientos que apliquemos justo después sean mucho más efectivos y conseguiremos un bronceado más uniforme y duradero. 

Te recomendamos que exfolies tu piel una o dos veces por semana, pero si tienes la piel muy sensible, es mejor que ajustes la rutina y lo hagas cada dos semanas. 

Una buena dosis de hidratación

Elige una crema hidratante que se adapte a tu piel y no olvides hidratarte cada día. Si tu piel es con tendencia acneica deberías usar cremas libres de aceites y si es seca, aportar una hidratación extra a tu piel. 

Otra opción es aplicar tras la ducha un aceite corporal con la piel húmeda y mediante masajes circulares.

Protección 

El sol nos proporciona multitud de beneficios, nos ayuda a producir vitamina C y a generar serotonina. Sin embargo, no podemos olvidar que es el causante de la aparición de manchas, rojeces y melanomas. 

Es muy importante proteger nuestra piel del sol durante todo el año, ¡intenta incorporar el protector solar en tu rutina diaria!

Alimentación

Para lucir una piel sana y luminosa, lo ideal es incorporar a nuestra dieta alimentos que contengan una gran cantidad de agua y ricos en antioxidantes, betacarotenos y vitamina C, que contrasten los efectos nocivos del sol y ayuden a la recuperación de la piel. Algunos ejemplos son los alimentos de color anaranjado como la zanahoria, la calabaza o los espárragos.

¡Y no olvides lo más importante de la rutina! ¡Intenta beber entre 2 y 4 litros de agua al día!