En España, es muy habitual oír frases como:
«Tómate este antibiótico, a mí me fue genial.”
«Seguro que un ibuprofeno te lo quita.»
«Tengo algo en casa para eso.»

La automedicación se ha normalizado tanto que muchas personas no son conscientes de sus riesgos. Y aunque parezca algo inofensivo, puede tener consecuencias importantes para la salud.

¿Qué es exactamente automedicarse?

Es el uso de medicamentos sin supervisión médica ni farmacéutica, ya sea porque:

  • Se usan fármacos que han sobrado de tratamientos anteriores
  • Se toma algo que ha funcionado a otra persona
  • Se consulta internet en lugar de un profesional
  • Se usan medicamentos sin receta, pero de forma inadecuada o continuada

¿Qué problemas puede causar?

  • Efectos secundarios no esperados (dolor de estómago, alergias, somnolencia…)
  • Interacciones entre medicamentos que pueden anular su efecto o potenciar su toxicidad
  • Resistencia a antibióticos, un problema global que se agrava por su mal uso
  • Enmascarar enfermedades graves al ocultar síntomas con medicación inadecuada

La farmacia, tu primer lugar de consulta

Antes de tomar cualquier medicamento, aunque sea algo que “ya conoces”, consulta con tu farmacéutico o farmacéutica. Desde la farmacia:

  • Te orientamos sobre si un medicamento es adecuado para tu caso
  • Te indicamos la dosis correcta y durante cuánto tiempo usarlo
  • Te advertimos sobre posibles interacciones
  • Te derivamos al médico si lo consideramos necesario

Un gesto responsable

Automedicarse no es ahorrar tiempo. Es asumir un riesgo innecesario. En cambio, preguntar y dejarse aconsejar es un acto de responsabilidad con tu salud y con la de los demás.

Confía en tu farmacia de confianza. Estamos aquí para ayudarte a tratarte bien, no solo a medicarte.